Nippy, un vehículo legal de la gig economy (y con fuerte compromiso social)
Medio: Infonegocios | Ver original En el SUM de Cardinales Nuevo Suquía (GNI) se sienta el cofundador de Nippy for Delivery, una startup que comenzó con un foco y mutó: hoy buscan convertirse en una fintech, pero sin perder de vista el propósito social: poner en valor la comunidad de migrantes que se vuelcan al trabajo de las plataformas. Sole Huespe: ¿Nippy va camino a ser un unicornio? Diego Amondaray: No, no… Es tremendo, la verdad que es mucha responsabilidad convertirse en un unicornio. SH: ¿Empezaste la empresa con esa premisa? DA: No. Sí empecé soñando que debía ser global y estamos apuntando a que sea un proyecto global en todo sentido. Hoy estamos abordando Latam, pero en la proyección de escalabilidad que tenemos, incluye todo el mundo para poder empezar a operar con Nippy. Ese es parte del sueño que tengo a nivel personal y con todo el equipo de trabajo. SH: Antes de irme del tema de los unicornios, Nippy fue seleccionada entre las 100 startups más prometedoras del mundo, ¿no? DA: Sí, en realidad fue este año, que nosotros decimos que tenemos menos de un año realmente, que somos un start up pandemial. Nos ha pasado que hemos aplicado en 6 eventos, no solo para levantamiento de fondos, sino concursos que hay y hemos sido preseleccionados en todos ellos. En EWC, que es el campeonato mundial de startups que se está terminando de llevar a cabo en Arabia Saudita, ahí sí nos impactó porque fueron 175.000 start up de todo el mundo y quedamos entre las 100 para poder llegar a esa final. SH: ¿Quedaron entre las 100 de las 175.000? DA: Sí, entre los 175.000, dos de Argentina: una es Nippy. Lamentamos por el tema de la pandemia no haber podido viajar porque hubiera sido una experiencia de vida muy grande para nosotros. SH: Definime Nippy, porque empezó siendo una cosa y ahora es otra. DA: Te puedo contar un poco la historia. En 2019 conocí a Luis Sequea, un migrante venezolano, que en ese momento trabajaba en la plataforma de Uber. Ahí conocí por primera vez la gig economy. Este migrante venezolano me contó que en Latam ya hay más de 5 millones de personas que están fuera de sus hogares, así que es un número bastante impactante ya que Argentina tiene más de 2.000.000, Chile más de medio millón y Uruguay, donde operamos, tiene más de 10.000. En ese momento, Luis me contó su historia de haber abandonado a su hijo y a su esposa, su profesión y volver a comenzar. ¿Dónde lo hizo? A partir de la plataforma de Uber. Yo no vengo del rubro tecnológico, soy abogado, decidí dejar la profesión completamente por este proyecto teniendo en cuenta la responsabilidad social que pesa sobre Nippy y que es un poco intervenir sobre dos aspectos muy grandes: la migración y la cultura del trabajo independiente. Ya te voy a contar por qué y cómo decidimos abordar. En ese momento nos dimos cuenta que la gig economy estaba atrapando mucho, en el buen sentido, a migrantes que recién llegaban y es una forma de generar ingresos muy alta. SH: ¿Y con ese antecedente cómo comenzó Nippy? DA: Armamos Nippy como una tienda de empleos prioritaria que conectaba migrantes con oportunidades de trabajo en toda la región. Justo llega la pandemia donde la empleabilidad cae, hay 31 millones de puestos de trabajo perdidos y nos transformamos en la creación de lo que es Nippy hoy: una plataforma de beneficios worker tech que brinda servicios y beneficios al trabajador independiente y a las apps consecuentemente. Estamos construyendo junto con las apps la cultura del trabajo independiente. Los servicios básicos para ser un trabajador de app son su herramienta de trabajo, su plan de telefonía celular, la inclusión financiera que es en 2.0, hacia donde vamos, que es la billetera virtual del trabajador que ahora estamos empezando a desarrollar, y la parte de asesoramiento fiscal. Esos 4 beneficios son los que Nippy brinda y están enfocados en lo que una persona necesita para poder conectarse a través de una app. Después tenemos otros: garantías propietarias, estamos trabajando en asesoramiento legal, en mucho desarrollo de la app en la parte de educación también y de onboarding, pero puntualmente es eso. Lo que queremos hacer es que una persona pueda conectarse a través de una app y empezar a generar ingresos. SH: ¿La gig economy es la cuarta economía de la región, verdad? DA: Es la cuarta economía de la región y 70 millones en todo el mundo. Como comentaba hace un rato, están en la calle sin protección legal. Entendemos que va a haber un cambio cultural paradigmático pero hoy genera muchos ingresos en las personas que lo habían perdido. Y ahí es donde hay un compromiso: nosotros siempre decimos que el sector privado no puede pretender que las apps carguen con todo, no solo con la empleabilidad sino con la registración. Entonces venimos a ser un vehículo legal para ayudar a las apps y ayudar al trabajador independiente. Estamos en el medio, Nippy se encuentra en el medio de las apps y del trabajador independiente. SH: Sé que han participado de algunas rondas de negocios… ¿Cómo va la parte financiera de Nippy? DA: Bueno, como te decía, inauguramos Uruguay hace 3 meses (oficialmente porque veníamos validando en silencio, pero lo veníamos haciendo). Lo que nos pasó fue que en 3 ó 4 meses llegamos a tener un interés en Nippy del más del 5% en el market share de Latam (que son más de 250.000 gig workers) que lo teníamos previsto para eso, tenerlo el tercer año desde que levantamos plata, por lo cual no nos dejó dormir y empezamos no solo ya con facturación en 3 países sino que además de eso nos llevó a salir a levantar fondos. Sin experiencia arrancamos y decidimos con los socios salir a levantar medio millón de dólares en Friends and Family, como se dice en esta primer etapa, y en menos de dos meses ya superamos ese monto, o sea salimos a buscarlo regionalmente y ya están invirtiendo no solo