Nippy busca mejorar las condiciones laborales de los repartidores

Medio: La Nación | Ver original “En 2018, con mi pareja, Florencia Moroni, conocimos a Luis Esqueda, un inmigrante venezolano que era repartidor. Él nos contó las condiciones en las que trabajaba y cómo luchaba todos los días para poder ganar algo de dinero. Pero más allá de conmovernos con su historia personal, vimos el espíritu de superación y las ganas de progresar. Por eso decidimos ayudar a Luis y a todos los inmigrantes que estaban en la misma situación”, cuenta Diego Amondaray uno de los fundadores de Nippy. Así fue como esta pareja creó su primera empresa: una tienda de empleos con oportunidades de trabajo para repartidores. “Veíamos en este tipo de trabajos una puerta de entrada para los recién llegados al país”, agrega. Pero en 2019 decidieron escalar su modelo de negocio porque observaron que este segmento necesitaba, además, protección. “Muchos de estos trabajadores no tenían acceso a la bancarización, ni obertura de salud e incluso estabantotalmentedesprotegidosante problemaslegales.asínaciónippy. Hoy nuestro foco se encuentra en mejorar las condiciones laborales de las personas que trabajan en las plataformas de delivery”, señala el CEO de esta empresa. Al ver cómo se concretaba su idea los fundadores cordobeses decidieron dejar sus respectivos trabajos y dedicarse, por completo, a su empresa. “Florencia es docente y yo abogado”, cuenta este emprendedor. Hoy, a través de su compañía les ofrecen a los repartidores créditos para acceder a bicicletas o motos eléctricas, cobertura de salud, descuentos exclusivos, asesoría legal e, incluso, están generando acuerdos para comenzar a brindar garantías propietarias. “Es que muchos de estos trabajadores son migrantes y no tienen cubiertas estas necesidades básicas. Por suerte, en el camino nos topamos con organizaciones como Ashoka y Cippec, que a través de sus programas de aceleración de startups validaron nuestro proyecto y nos ayudaron a financiarlo”, explica Amondaray. Crecer en pandemia A pesar de su reciente nacimiento –y pandemia de por medio– esta startup ya opera en tres países: Argentina, Chile y Uruguay. Y, según el plan de negocio, quieren expandirse y llegar a 30 países en los próximos dos años. Además, han realizado alianzas con diferentes compañías para poder ayudar a más trabajadores. “Uno de los primeros acuerdos que logramos fue con Glovo, que nos enseñó mucho de cómo se manejaba el negocio de las apps de última milla en la región, pero el disparador fue cuando leímos un artículo del académico español Albert Cañigueral en donde describía la figura de los workertech, trabajadores que se desempeñan en la economía de las plataformas. Nos sentimos muy identificados y nos contactamos con él para contarle nuestra idea. Justamente fue Cañigueral quien nos puso en contacto con Cippec para que escalemos nuestro proyecto”, relata el CEO. Actualmente Nippy tiene dos segmentos: un área de negocios corporativa a través de la cual generaron acuerdos regionales con Rappi, Glovo, Pedidos Ya, Uber y Beat, entre otras plataformas de delivery. “En este caso somos un vehículo legal entre estas compañías y los trabajadores, les solucionamos los conflictos laborales. Mientras que la segunda unidad de negocios está enfocada en mejorar las condiciones de trabajo de riders y drivers. Además de los beneficios mencionados queremos inaugurar Nippy Centers, donde los repartidores puedan descansar, comer, utilizar los baños y varios servicios más”, adelanta Amondaray. ¿Cómo se utiliza? Esta aplicación se descarga y al empezar a utilizarla los trabajadores pueden elegir el beneficio al que quieren acceder. “Estamos en una etapa inicial del modelo de negocio, donde se generan nuevos servicios en base a las necesidades que observamos. Además, queremos desarrollar un sistema de membresía que represente menos del2% del ingreso de los riders y drivers. A través de este fee ellos podrán acceder a todos nuestros beneficios. En nuestra plataforma estamos ofreciendo, por ejemplo, un plan de telefonía, con valores que son hasta un 60% más económicos de los que se ofrecen en el mercado”, explica el CEO de este emprendimiento. Buenos resultados Nippy refleja números positivos desde su nacimiento. ¿A qué atribuirlo? El fundador visualiza varios factores cuando habla de las razones de este crecimiento. Por un lado, el impulso que tomaron las aplicaciones de última milla y las plataformas de drivers, en plena cuarentena obligatoria. Pero también destaca que estas empresas se nutren de otro fenómeno que se viene desarrollando de antes de la pandemia que es el movimiento migratorio más grande de la historia de la región: el éxodo venezolano. “Solo entre Argentina y Chile hay más de 900 mil venezolanos. Y casi el 80% de los trabajadores de las aplicaciones de última milla son inmigrantes. Hay un mercado potencial en la región de más de 4 millones de inmigrantes, por eso concebimos a Nippy como una compañía regional. Hoy operamos en Chile, Argentina y Uruguay, próximamente desembarcaremos en Paraguay y esperamos estar presentes en 15 países en un año”, cuenta Amondaray. Actualmente Nippy emplea a 15 personas, y van a terminar el primer año con una facturación de US$1 millón. Mientras que la proyección es alcanzar los US$6 millones durante el segundo año de operación. Este proyecto demandó una inversión inicial de US$500.000. El plan es realizar, en diciembre, una ronda de inversión para levantar capital que les permita acelerar el proceso de crecimiento regional de la compañía. “Nuestras proyecciones de market share las hacemos siempre sobre el universo de más de 4 millones de inmigrantes que trabajan en la economía de plataforma. Actualmente tenemos un share del 1%, esperamos terminar el segundo año duplicando esa participación, y el tercero año queremos alcanzar el 7,5%”, detalla el emprendedor. El fundador de Nippy además adelantó que en sus planes figura la apertura de dos centros: uno en el barrio porteño de Palermo, y otro en Montevideo, Uruguay. Cintia Perazo

Desde ahora los riders no están solos (llegó Nippy a UY para acompañar la comunidad de trabajadores)

Medio: Infonegocios | Ver original Hoy todos escucharán un nuevo nombre asociado a las apps de deliverys: Nippy, la primera plataforma para riders en Uruguay cuyo principal objetivo es “impactar positivamente en esa enorme comunidad de trabajadores independientes y migrantes que se desarrolla en la economía de plataformas”, como dijo a InfoNegocios el fundador y CEO de esta startup tecnológica, Diego Amondaray, quien en nuestro país ya ha celebrado acuerdos comerciales con Rappi, mientras que en Argentina y Chile Nippy ya opera con Rappi, Beat y Uber. Si bien esta startup de base tecnológica cuya app se desarrolló a través de una software factory uruguaya, sus primeros pasos los hizo en Argentina, más precisamente en Córdoba. Desde allí, su fundador y CEO, Diego Amondaray, saltó con Nippy primero a Buenos Aires, luego a Santiago de Chile y ahora, a Montevideo, donde hoy -en Sinergia Design como escenario- se presentará oficialmente para mostrar que su objetivo es estar cerca de los riders. “Nippy nace primero como un proyecto social para migrantes trabajadores de plataformas digitales, cuya forma de organizar el marcado laboral tiene un planteo construido en torno a relaciones intermitentes entre los trabajadores y sus empleadores”, dijo Amondaray, agregando que en este marco lo que se hizo “fue adaptar el proyecto inicial y crear una solución de mercado para acompañar e impactar positivamente en esa enorme comunidad de trabajadores independientes y migrantes que se desarrolla en la economía de plataformas”. Según el fundador y CEO de Nippy, en un primer sondeo que hicieron en marzo de 2020, solamente en Uruguay había 3753 personas interesadas en ingresar a Rappi como drivers -cuya flota ronda los 550 repartidores- pero a través de Nippy, “porque entendieron rápidamente que lo que hacemos es brindar soluciones a los problemas de los trabajadores independientes, generando mejores condiciones y oportunidades, entregando beneficios relevantes, como los que tradicionalmente son parte de cualquier otro trabajo asalariado”. Para Amondaray el tema central pasa por ofrecer seguro de salud, financiamiento en movilidad eléctrica, asesoramiento contable, descuentos en telefonía móvil, indumentaria de trabajo, seguros. Es decir, como remarca Amondaray, “Nippy es inevitable”, primero porque la pandemia aceleró la demanda laboral en plataformas digitales, pero fundamentalmente porque en Latinoamérica -hacia donde la plataforma piensa crecer en los próximos años- los índices de informalidad, desprotección social y desempleo son muy altos. “Las cifras de trabajadores independientes y migrantes, en la modalidad de riders, va en aumento y es necesario atender sus necesidades, mejorar su calidad de vida”, sostuvo Amondaray, agregando que “quizá no sea el caso de Uruguay, pero en la región hay una nueva plataforma de delivery por mes, lo cual genera más y más trabajadores”.“Es más -apuntó el CEO de Nippy-, en Latinoamérica hay cerca de 4 millones de trabajadores de plataformas, con un ingreso promedio mensual entre US$ 800 y US$ 1.600. En Argentina, un trabajador de Uber debe estar alcanzando un ingreso de US$ 1.000”. Lo que concretamente hará Nippy en Uruguay en una primera etapa es ofrecer un modelo de membresía -gratuito- mediante el cual se brinda acceso a todos los servicios y beneficios que los riders necesitan para hacer su tarea dentro de las plataformas. “La idea es desembarcar con esto y ofrecer mediante un sistema de leasing la herramienta fundamental para trabajar, que en este caso pueden ser autos, motos, bicicletas convencionales o eléctricas”, dijo a Amondaray, agregando que más adelante, entre julio y agosto, se estará instalando en Montevideo un Nippy Center, “un espacio de encuentro para la comunidad Nippy donde puedan hacer base, descansar, recargar sus equipos, etcétera”. Entre los diferentes logros obtenidos hasta el momento, Amondaray no quiso dejar pasar el hecho de que Nippy fue seleccionado por el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento, financiado por BID LAB y seleccionado para el programa Scale-Up de Endeavor 2021 para aceleración, entre otros avances.