Cordobeses crearon una plataforma digital y están entre las 100 mejores startups globales

Medio: Womantime | Ver original La pareja fue seleccionada por la Global Entrepreneurship Network para representar a la Argentina en la Copa Mundial de Emprendedores Diego Amondaray es abogado, y su esposa, Florencia Moroni, docente. A comienzos de 2020, conmovidos por las historias de inmigrantes que llegaban a su ciudad, Córdoba, en busca de un futuro mejor, crearon Nippy, un portal de empleos con foco en este mercado. La mayoría de las ofertas laborales provenían de plataformas como Pedidos Ya, Rappi o Uber. Pero además de trabajo, lo que más necesitan los migrantes es asesoramiento para alquilar, abrir una cuenta bancaria o sacar un crédito para comprar una bicicleta. Esto los llevó a virar el negocio hacia la oferta de servicios de salud, asistencia legal y financiera. De este modo, Nippy se convirtió en una plataforma de servicios para trabajadores de la economía Gig (o «changas», en términos más criollos). «Somos la primera start-up de América Latina que aborda la problemática de los migrantes que trabajan en las aplicaciones de última milla», comenta Diego. Actualmente hay más de 4 millones de migrantes en la región, y la mayoría de ellos, solo acceden a empleos informales o en plataformas, sin la estabilidad y beneficios de un empleo fijo. «Desde la app de Nippy les ofrecemos cobertura de salud, descuentos en telefonía celular, asesoría legal, créditos para el acceso a bicis, motos y autos, garantías de vivienda y asesoramiento financiero», destaca el emprendedor. «Nosotros negociamos estos paquetes de beneficios con las distintas compañías y se los trasladamos a los trabajadores», detalla. En menos de un año, y en plena pandemia, la firma expandió sus operaciones desde Córdoba a todo el país, a Chile y a Uruguay y sus beneficios alcanzan a más de 220 mil trabajadores de aplicaciones. «La proyección para los próximos tres años es llegar a 30 países y facturar u$s1 millón anuales«, destaca el fundador de Nippy. La startup participará junto a Drixit -creadora de un EPP (elemento de protección personal) digital que previene y mitiga accidentes laborales a través de la digitalización de los procesos de seguridad-, en la Copa Mundial de Emprendedores Ambas firmas fueron seleccionadas por la Red Global de Emprendedores entre más de 1.700 emprendimientos de 200 países para representar a Argentina en la competencia mundial de emprendedores (EWC por sus siglas en inglés). El evento se realizará en Rihad, Arabia Saudita, del 14 al 18 de noviembre. César Poleo, de chofer de Uber a emprendedor, gracias a la app Historias al volante César Poleo es venezolano, tiene 33 años y lleva 3 en Argentina. Con estudios universitarios y un salario fijo que sin embargo no le alcanzaba para cubrir sus necesidades básicas, César decidió migrar en busca de un futuro mejor para su familia. Llegó solo, dispuesto a trabajar de cualquier cosa. Estuvo 7 meses como bachero en un restaurante, y luego se inscribió en Uber. Pero no tenía auto propio ni licencia de conducir válida. Comenzó a alquilar un auto, y tenía que manejar más de 10 horas por día para que le quedara algo en el bolsillo. Alguien le habló de Nippy y se bajó la aplicación. «Así pude comprar mi propio auto con financiación. Después me hice una cartera de clientes y comencé a depender cada vez menos de la aplicación para trabajar», cuenta. Hoy tiene su propio emprendimiento, «Todo viajes Argentina» y con él trabajan siete choferes más. Hacen traslados de personas y fletes a todo el país, un negocio que creció a partir de las restricciones que impuso la pandemia para tomar transporte público. Historias como la de César, uno de los primeros usuarios de Nippy, muestran que la mejor forma de generar un impacto positivo en la calidad de vida de los migrantes es mejorar sus condiciones y darles acceso a herramientas de trabajo.Te puede interesar La startup cordobesa competirá en noviembre con otras 100 de diversos países por un premio de u$s1 millón en premios en efectivo y u$s75 millones en apoyo en especies.

Una plataforma ayuda a migrantes que trabajan en aplicaciones

Medio: Redacción | Ver original Nippy es una plataforma que conecta a los migrantes que trabajan para aplicaciones móviles de delivery y mensajería, entre otras, con servicios y oportunidades como acceder a la bancarización o a una bicicleta eléctrica. En Buenos Aires, tres de cada cuatro trabajadores de estas plataformas son migrantes. Trabajar desde una aplicación móvil es una alternativa llamativa para quien necesita ingresos de forma inmediata. Ya sea para entregar pedidos o trabajar de chofer, las opciones están al alcance de un teléfono móvil. Mientras logra adaptarse al país al que ha llegado, la población migrante encuentra en ellas una forma de sustento. Sin embargo, la precarización de este tipo de trabajo es también una realidad bastante extendida. En Córdoba surgió una plataforma que aspira a solucionar algunos de los problemas de los migrantes que trabajan en estas plataformas. Se llama Nippy y junto a otra start-up, Drixit, representará a la Argentina en la Copa Mundial de Emprendedores 2021. ¿Por qué es importante crear soluciones para las personas que trabajan en aplicaciones móviles? Porque cada vez son más y lo necesitan: no hay nadie que esté atendiendo las carencias que enfrentan estos trabajadores. Es lo que pensó Diego Amondaray, CEO de Nippy. “La idea surgió luego de una conversación que tuve con Luis Sequea, un venezolano que en ese momento recibía ingresos a través de Uber. Me contó su vida y entendí que existía una masa de personas que habían migrado de forma forzosa, que habían dejado todo para tener un futuro mejor y que ahora buscaban oportunidades”, cuenta Amondaray. Esa conversación, que se dio en 2018, culminó con un proyecto que se asemejaba a una tienda de empleo y que conectaba a las personas migrantes con oportunidades de trabajo. Con el tiempo y la comprobación de que esas personas ya estaban trabajando en las aplicaciones, la idea mutó hasta convertirse en lo que es hoy. Diego Amondaray es el CEO de Nippy. (Imagen: gentileza) Según la Organización Internacional de Trabajadores (OIT), estamos frente a una de las mayores transformaciones del mundo laboral, en referencia a estas nuevas plataformas que intermedian entre la oferta y la demanda de diversos productos y servicios, que organizan una legión de trabajadores independientes. Esta independencia, que suele ponerse muy entre comillas y relativizarse por las condiciones en que se da la relación con las grandes plataformas, les resta la posibilidad de tener beneficios laborales que sí se obtienen en otros trabajos. Algunos problemas frecuentes tienen que ver con el acceso a la documentación, a seguro médico para familiares, a créditos o incluso a oportunidades de estudio. En octubre de 2020, la OIT publicó un informe donde se explica que la mayor presencia de las plataformas de reparto en Argentina coincidió con la llegada de un fuerte flujo de migrantes procedentes de Venezuela, que en muchas ocasiones encontraron en las aplicaciones del delivery una primera opción laboral al llegar al país. Hoy día hay alrededor de 4,6 millones de migrantes provenientes de Venezuela en países de América Latina, unos 500 mil están en Chile y cerca de 150 mil en la Argentina. De acuerdo con la encuesta que realizó la OIT en la Ciudad de Buenos Aires, el 63,6 % del total de trabajadores de reparto son de Venezuela y, si se suman otros países de origen como Colombia y Perú, el porcentaje de trabajadores migrantes sube a 76,2 %. Otro dato importante es que la mitad de trabajadores vinculados a las plataformas digitales dijeron que tomaban esta opción ante la imposibilidad de encontrar otro empleo. Durante la pandemia, al ser considerado como un trabajo esencial, siguió siendo una fuente importante de ingresos para la población migrante. Las plataformas de reparto y mensajería son una de las principales fuentes de trabajo de los migrantes jóvenes. (Imagen: gentileza) Entre las ventajas que manifiestan los trabajadores de plataformas digitales se encuentran la flexibilidad horaria y que la remuneración es mayor a la de otros trabajos disponibles. Pero para lograr ese ingreso hace falta dedicarle muchas horas al trabajo. En ese punto entra Nippy. Dylan Sánchez llegó a la Argentina en mayo de 2018 y a los tres meses empezó a trabajar en Rappi. “Los resultados fueron muy rápidos”, dice. Una de las cosas que él aprecia de la modalidad de trabajo es la flexibilidad en el horario. En 2020, Dylan recibió a través de Nippy una bicicleta eléctrica . ¿Cómo funciona? La plataforma responde a necesidades puntuales de personas migrantes que trabajan en aplicaciones. “Lo que hacemos es conectarlas con oportunidades en distintas apps, para que puedan registrarse y empezar a trabajar, y después los pasamos al sistema de beneficios”, explica Amondaray. En esta primera instancia, los beneficios son herramientas de trabajo, como la bicicleta eléctrica de Dylan, planes de telefonía ―los datos móviles son fundamentales en su trabajo― y asesoramiento contable y migratorio, para que los usuarios puedan, por ejemplo, sacar el monotributo u otros trámites necesarios para su regularización en el país. “La bicicleta eléctrica aumentó mis ganancias, redujo mi cansancio, me dio tiempo en casa… ha sido lo mejor que me ha pasado en el último año y medio”, cuenta Dylan. Los servicios de Nippy apuntan a resolver los conflictos del trabajo precario y, a la vez, los relacionados con la condición de migrante. (Imagen: gentileza) Para Amondaray, el surgimiento de un servicio como Nippy “es inevitable”, porque el crecimiento imparable de las plataformas abre a su vez muchos espacios de conflictos. “Pensamos en ese trabajador que pasa a generar tres veces un salario mínimo vital y móvil está excluido del sistema financiero y lo solucionamos”, concluye. Encontrar ese nicho le ha significado a Nippy grandes reconocimientos. Además de competir en la Copa Mundial de Emprendedores 2021, fue una de las iniciativas reconocidas por Hola Argentina, un programa de Ashoka con el apoyo de la Organización Internacional de Migraciones (OIM), que nace con el objetivo de mapear y apoyar iniciativas innovadoras de alto impacto social que estén buscando dar respuesta a los desafíos y situaciones complejas que enfrentan las personas migrantes en

Nippy busca mejorar las condiciones laborales de los repartidores

Medio: La Nación | Ver original “En 2018, con mi pareja, Florencia Moroni, conocimos a Luis Esqueda, un inmigrante venezolano que era repartidor. Él nos contó las condiciones en las que trabajaba y cómo luchaba todos los días para poder ganar algo de dinero. Pero más allá de conmovernos con su historia personal, vimos el espíritu de superación y las ganas de progresar. Por eso decidimos ayudar a Luis y a todos los inmigrantes que estaban en la misma situación”, cuenta Diego Amondaray uno de los fundadores de Nippy. Así fue como esta pareja creó su primera empresa: una tienda de empleos con oportunidades de trabajo para repartidores. “Veíamos en este tipo de trabajos una puerta de entrada para los recién llegados al país”, agrega. Pero en 2019 decidieron escalar su modelo de negocio porque observaron que este segmento necesitaba, además, protección. “Muchos de estos trabajadores no tenían acceso a la bancarización, ni obertura de salud e incluso estabantotalmentedesprotegidosante problemaslegales.asínaciónippy. Hoy nuestro foco se encuentra en mejorar las condiciones laborales de las personas que trabajan en las plataformas de delivery”, señala el CEO de esta empresa. Al ver cómo se concretaba su idea los fundadores cordobeses decidieron dejar sus respectivos trabajos y dedicarse, por completo, a su empresa. “Florencia es docente y yo abogado”, cuenta este emprendedor. Hoy, a través de su compañía les ofrecen a los repartidores créditos para acceder a bicicletas o motos eléctricas, cobertura de salud, descuentos exclusivos, asesoría legal e, incluso, están generando acuerdos para comenzar a brindar garantías propietarias. “Es que muchos de estos trabajadores son migrantes y no tienen cubiertas estas necesidades básicas. Por suerte, en el camino nos topamos con organizaciones como Ashoka y Cippec, que a través de sus programas de aceleración de startups validaron nuestro proyecto y nos ayudaron a financiarlo”, explica Amondaray. Crecer en pandemia A pesar de su reciente nacimiento –y pandemia de por medio– esta startup ya opera en tres países: Argentina, Chile y Uruguay. Y, según el plan de negocio, quieren expandirse y llegar a 30 países en los próximos dos años. Además, han realizado alianzas con diferentes compañías para poder ayudar a más trabajadores. “Uno de los primeros acuerdos que logramos fue con Glovo, que nos enseñó mucho de cómo se manejaba el negocio de las apps de última milla en la región, pero el disparador fue cuando leímos un artículo del académico español Albert Cañigueral en donde describía la figura de los workertech, trabajadores que se desempeñan en la economía de las plataformas. Nos sentimos muy identificados y nos contactamos con él para contarle nuestra idea. Justamente fue Cañigueral quien nos puso en contacto con Cippec para que escalemos nuestro proyecto”, relata el CEO. Actualmente Nippy tiene dos segmentos: un área de negocios corporativa a través de la cual generaron acuerdos regionales con Rappi, Glovo, Pedidos Ya, Uber y Beat, entre otras plataformas de delivery. “En este caso somos un vehículo legal entre estas compañías y los trabajadores, les solucionamos los conflictos laborales. Mientras que la segunda unidad de negocios está enfocada en mejorar las condiciones de trabajo de riders y drivers. Además de los beneficios mencionados queremos inaugurar Nippy Centers, donde los repartidores puedan descansar, comer, utilizar los baños y varios servicios más”, adelanta Amondaray. ¿Cómo se utiliza? Esta aplicación se descarga y al empezar a utilizarla los trabajadores pueden elegir el beneficio al que quieren acceder. “Estamos en una etapa inicial del modelo de negocio, donde se generan nuevos servicios en base a las necesidades que observamos. Además, queremos desarrollar un sistema de membresía que represente menos del2% del ingreso de los riders y drivers. A través de este fee ellos podrán acceder a todos nuestros beneficios. En nuestra plataforma estamos ofreciendo, por ejemplo, un plan de telefonía, con valores que son hasta un 60% más económicos de los que se ofrecen en el mercado”, explica el CEO de este emprendimiento. Buenos resultados Nippy refleja números positivos desde su nacimiento. ¿A qué atribuirlo? El fundador visualiza varios factores cuando habla de las razones de este crecimiento. Por un lado, el impulso que tomaron las aplicaciones de última milla y las plataformas de drivers, en plena cuarentena obligatoria. Pero también destaca que estas empresas se nutren de otro fenómeno que se viene desarrollando de antes de la pandemia que es el movimiento migratorio más grande de la historia de la región: el éxodo venezolano. “Solo entre Argentina y Chile hay más de 900 mil venezolanos. Y casi el 80% de los trabajadores de las aplicaciones de última milla son inmigrantes. Hay un mercado potencial en la región de más de 4 millones de inmigrantes, por eso concebimos a Nippy como una compañía regional. Hoy operamos en Chile, Argentina y Uruguay, próximamente desembarcaremos en Paraguay y esperamos estar presentes en 15 países en un año”, cuenta Amondaray. Actualmente Nippy emplea a 15 personas, y van a terminar el primer año con una facturación de US$1 millón. Mientras que la proyección es alcanzar los US$6 millones durante el segundo año de operación. Este proyecto demandó una inversión inicial de US$500.000. El plan es realizar, en diciembre, una ronda de inversión para levantar capital que les permita acelerar el proceso de crecimiento regional de la compañía. “Nuestras proyecciones de market share las hacemos siempre sobre el universo de más de 4 millones de inmigrantes que trabajan en la economía de plataforma. Actualmente tenemos un share del 1%, esperamos terminar el segundo año duplicando esa participación, y el tercero año queremos alcanzar el 7,5%”, detalla el emprendedor. El fundador de Nippy además adelantó que en sus planes figura la apertura de dos centros: uno en el barrio porteño de Palermo, y otro en Montevideo, Uruguay. Cintia Perazo